VINIYOGA – III   

Estamos con esta exposición de viniyoga y vamos avanzando hacia el significado de esta palabra.

Hemos visto que primero, antes de comenzar la exposición, hacíamos una invocación que en esencia podía ser Śṛīgurubhyonamaḥ. Es como un saludo o un reconocimiento a todos los profesores y profesoras que nos han enseñado o, mejor dicho, que nos han intentado enseñar. Digo que nos han intentado enseñar porque otra cosa es que nosotros hayamos aprendido o no. Yo decía que en mi caso había aprendido “algo” de lo mucho que intentaron enseñarme, por eso estoy en continuo aprendizaje. ¡Porque lo que da, esta cabeza, es lo que da!

También había dicho que a veces cuando explicamos los aforismos, al poner las explicaciones en escrito, limitamos su significado y esto nos puede impedir conocer más, porque el significado de los aforismos es muy amplio y muy profundo. Por tanto cuando los ponemos por escrito sería importante no limitarlos a lo que ahí se escribe, sino dejar puertas abiertas para una profundización.

Por este motivo os había explicado que en cuanto a la exposición del aforismo en que se habla de viniyoga, que es el aforismo seis del tercer capítulo, que dice tasyabhumishuviniyogaḥ, Chandra nos había dado una exposición de este aforismo en un momento muy particular, a un grupo de personas muy particulares y con una intención muy particular por parte de Chandra, para que nosotros entendiéramos algo que nos hacía falta comprender en ese momento. Y luego, a lo mejor, ese significado puede ir cambiando, nosotros también cambiamos, nuestra necesidad de conocer también cambia.

El comentario de Chandra lo podéis ver en este enlace https://www.asana-yoga.es/viniyoga-ahora-mas-nunca/

Y el comentario de Chandra al aforismo decía que viniyoga implica un proceso evolutivo que comienza donde yo me encuentro ahora y que desde ahí evoluciona de manera progresiva a través de muchos pasos intermedios hacia el objetivo final. Este proceso es válido para la aplicación de todas las herramientas del yoga. El comentario de Chandra también dice que al principio se necesita un esfuerzo porque nuestras tendencias no nos llevan en la dirección de nuestro objetivo y cuando ponemos en nuestro interior claridad y consciencia sucede que este esfuerzo va disminuyendo porque vemos por donde tenemos que transitar.

En el artículo anterior vimos que el proceso evolutivo se produce mediante una sucesión de fases, es decir una concatenación de fases. Estas fases constituyen esos pasos intermedios cuya progresiva evolución nos lleva a alcanzar aquello que es adecuado para nosotros, que es el desarrollo de nuestra esencia. Esto es el objetivo.

Y precisamente, debido al conocimiento de nosotros mismo y debido al conocimiento del objetivo que queremos alcanzar, es lo que nos da a conocer las diferentes fases del proceso en cada momento. Es complejo, pero tenemos que conocer las diferentes fases y lo que hacemos en cada momento.

Este concepto de fases sucesivas lo conocemos como vinyāsa. El termino vinyāsa lo conocemos porque es lo que hacemos cuando practicamos āsana en una secuencia de ejercicios físicos, es esa progresión que hacemos ahí en la secuencia entre posturas e incluso en la toma de cada postura, eso es un vinyāsa.

Entonces desde nuestra perspectiva del yoga, el objetivo, cómo interpretamos el objetivo, es que se trata de un proceso, que va en la evolución natural del ser humano, digamos que es en el que se revela la esencia del ser humano. Entonces requiere una gran consciencia.

Este proceso favorece el crecimiento personal o la realización por la persona de su svadharma, o su dharma personal, que quiere decir su deber personal, que es como desarrollamos el motivo por el cual hemos venido a este mundo, o podría ser.

Entonces es algo realmente muy potente, porque bueno, es como decir yo voy a desarrollar lo que mi naturaleza está diseñada y preparada para desarrollar y va a salir la esencia de lo que hay en mi interior.

Es algo muy potente. Voy a sacar lo que hay totalmente escondido y va a brillar fuera.

Sin embargo, a pesar de que sea nuestra verdadera naturaleza lo que va a mostrarse en el proceso, las tendencias que nosotros tenemos no van necesariamente en esa dirección. Tenemos tendencias que nos tapan; lo decía en el artículo anterior, en la segunda parte de esta presentación que llamamos viniyoga II. Porque nuestras tendencias a lo mejor nos hacen comer demás, trabajar demás, dormir demás, hacer daño a otros, hacerme daño a mí mismo, etc. Son tendencias que vienen con nosotros. Eso estaba diciendo.

Entonces, entendíamos por yoga que básicamente es cualquier esfuerzo que me haga ir en la dirección hacia la evolución natural de mi verdadera naturaleza. Podría ser la esencia.

Claro, en general, la gente entiende el yoga por otra cosa, una sucesión de posturas, nos sé por qué.

Pero bueno, que en esencia esto es el yoga, cualquier esfuerzo adecuado que me hace ir en la dirección del desarrollo o del descubrimiento o de que surja lo que hay en mí dentro como esencia.

Naturalmente que a veces tenemos que ajustar la práctica a unos momentos muy particulares por los que pasamos en nuestra vida, porque en esos momentos ya no es lo mismo. Por ejemplo, ahora estoy atendiendo a alguna persona que ha estado en el hospital y que ha estado con respirador. Claro, no puede hacer lo mismo que hacía antes.

En este mismo caso hay también una persona que no ha hecho yoga, entonces no tiene ese conocimiento y además tiene que hacer algo muy adaptado para que le ayude a salir de donde está. Luego eso cambia, porque luego esa persona podrá correr, pero de momento no puede andar. Por tanto, ahora hay que hacer cosas como hacer apertura de brazos en cruz desde la posición sentada en una silla, por ejemplo. Cuando ya se pueda poner de pie, hará esa apertura de brazos desde la posición de pie. Cuando ya se pueda tumbar, lo hará tumbado. Cuando ya pueda hacer, hay que ir según vaya evolucionando.

Pero esto es algo que también lo puedes ver continuamente, en la vida diaria. Porque aunque estoy hablando ahora de la convalecencia de una enfermedad, pero a ver, si observas bien verás que la enfermedad del ser humano es haber nacido. Podrás darte cuenta que nosotros somos convalecientes toda la vida. De modo que tienes que hacer esta adaptación toda la vida.

Por ello, decimos que el yoga es un camino que, a través de una concatenación de etapas o “vinyāsa” muy precisas y ajustadas a las necesidades individuales, nos ayuda a llegar a conocer nuestro objetivo o desarrollar nuestra verdadera naturaleza de forma natural y consciente.

Y el yoga no mete nada de fuera, lo que hace es que despeja lo de dentro que te impide conectar contigo.

De modo que, cuando la práctica es adecuada, poco a poco voy viendo este proceso.

Es por verlo cuando el esfuerzo que hago para realizar la práctica cada vez disminuye y aumenta el entusiasmo.

Digamos, al principio es mucho esfuerzo y poco entusiasmo. Poco apoco eso puede ir cambiando hasta que es mucho entusiasmo y poco esfuerzo. Claro, esto tiene sus altos y bajos. Quien practica lo sabe.

Entonces, esto es el camino que nos da el yoga.

Antes le he llamado la práctica del yoga y he dicho que la práctica del yoga es cualquier esfuerzo que me haga ir en esta dirección y cualquier esfuerzo puede ser cualquier esfuerzo. Y digo cualquier esfuerzo porque puede suceder que, a veces, cuando un profesor te dispensa una “práctica”, a lo mejor te sorprendes de lo que es. Porque puede ser de hábitos alimenticios, puede ser de hábitos de comportamiento,  puede ser relacional, puede ser de cualquier cosa, de tu dicción, de tu habla, de tu pensamiento, de tus emociones, puede ser de cualquier cosa. Sin embargo, este esfuerzo siempre tiene que ser muy ajustado a las necesidades de la persona.

Hablando de este esfuerzo, de que tiene que ser ajustado, el aforismo 12 del primer capítulo del Yoga Sutra dice abhyāsavairāgyābhyāṁ tan nirodhaḥ  

Este aforismo nos habla de que “con el fin de avanzar tenemos que reeducar a la mente”. Esta reeducación de la mente se consigue mediante un esfuerzo, que necesita que sea el esfuerzo justo en desarrollar la capacidad de abandonar los obstáculos y los apegos que entorpecen el proceso.

Para poder avanzar tenemos que hacer un esfuerzo, porque para ello es necesario cambiar.  Y nosotros sabemos que nos cuesta cambiar. Hasta el punto de que incluso, cuando queremos mejorar, sucede que queremos cambiar haciendo lo mismo. Algo totalmente ilusorio, e imposible.

De ahí la necesidad del esfuerzo, de que a nosotros todo lo que implica un cambio nos cuesta. Por ejemplo si nos plantean cambios en los hábitos alimenticios nos decimos: “sin el café no puedo funcionar”. Es un hábito, una costumbre. Sin embargo, nos cuesta aceptar el cambio.

Como si antes de ocurrir el confinamiento te hubiesen dicho que te tienes que quedar un mes en casa sin poder salir, solo para hacer la compra y pasear al perro. Habrías dicho que era imposible. Pues mira, si es posible.

Igual pasó cuando pusieron la ley de no fumar. Algunos decían el colapso mundial, en España no se va a respetar eso. Ahora vas a un restaurante y la gente no fuma. Antes se fumaba hasta en el hospital.

Con estos ejemplos nos damos cuenta de que lo que está aquí, en la cabeza, es muy duro. Por ello aquí hablamos de REEDUCAR LA MENTE, porque chocamos con los apegos.

Entonces, para conseguirlo, hay que tener la capacidad de ABANDONAR LOS OBSTÁCULOS Y LOS APEGOS que entorpecen este proceso y esto que acabo de mencionar son obstáculos y apegos. Pero se requiere esfuerzo, para hacer ese abandono.

“El esfuerzo de abandono tiene que ser adecuado para cada persona  y tiene que tener en consideración las aspiraciones de la persona, sus capacidades, sus necesidades y un largo etc.” Aquí hablamos de un traje a medida.

Aunque, como ahora lo veréis, es todavía más complicado, porque la medida del esfuerzo justo va cambiando constantemente. Es decir que en este traje a medida no es lo mismo todo el tiempo.

Por ejemplo, si te pones el traje de primera comunión seguro que ahora te viene un poco apretado. Estarías monísimo de marinero en tu primera comunión, pero ahora te viene demasiado ajustado.

Entonces, hay que adaptar, porque cada momento es diferente y aunque parezca igual, no es igual, es diferente, todo el rato es diferente.

Lo explicaba en la homeostasia, el cuerpo se ajusta a cada momento, se termo regula, etc. Interiormente con los órganos, se regulan, si hace falta más insulina, más de esto, más de lo otro. Está en continuo re-equilibrio, no está parado el organismo.

Y este continuo ajuste del cuerpo también lo puedes observar cuando estás de pie, si te fijas bien notarás que no estás parado como un poste, sino que cuando estás de pie haces como un pequeño balanceo todo el rato. La inmovilidad no existe, porque el cuerpo no está diseñado para una posición estática inmóvil, no es posible. No funciona así, los músculos están diseñados para que haya contracción y distensión, y otra vez contracción y distensión continuamente, por eso unas veces funcionan unos músculos y otras veces otros. Y si me quedo así de pie no se nota, pero no estoy inmóvil, estaría así todo el rato, como con un pequeño balanceo, como reajustando.

A parte de uno cambiar y de que las circunstancias cambien, según se avance uno hacia su interior el método hay que adaptarlo y ajustarlo a las nuevas y siempre cambiantes circunstancias.

O sea que las circunstancias tanto internas y externas son siempre cambiantes. Y aunque ahora, en esta situación que tenemos es más evidente e incluso hay la incertidumbre de qué va a pasar después. Sin embargo, ahora no es muy diferente que el año pasado y lo único que está cambiando es mi conciencia de que ahora tengo esa incertidumbre, pero  el año pasado era igual, la incertidumbre existía lo que pasa es que yo creía que todo sigue igual.

Para que os hagáis una idea vamos a ver un ejemplo: cuando coges una cuerda y le atas algo al final y das vueltas muy rápido, te parece que es una rueda sólida, pero es un efecto visual, es una cuerda con un palo.

En esto pasa igual, cuando las personas viven muy agitadas parece una situación fija, pero no lo es. El año pasado, en esta fecha, al día siguiente podías estar muerto. Y la realidad de hoy, a esta fecha, es que mañana puedes estar muerto. Es la misma incertidumbre, lo que cambia es que ahora yo soy consciente de que no sé qué va a pasar mañana, esto es lo que cambia.

Entonces este método – le he llamado método pero a lo mejor no es una buena elección de la palabra, porque yoga es la introducción de claridad y conciencia en uno para saber qué paso tengo que dar en cada momento; en realidad eso sería el yoga, entonces método  quizás no sea el término más adecuado-. Sólo que le he llamado método porque ya he dicho que el yoga no hace nada, el yoga lo único que hace es que tú te conozcas, que conozcas tu historia vital y tus circunstancias. Por eso sabes lo que tienes que hacer ahora para que el siguiente momento sea adecuado, para ir en esa dirección. Eso es todo lo que es, me da claridad para conocer los pasos que tengo que dar en cada momento.

Entonces, estos pasos que tenemos que dar, han de estar adaptados y ajustados a mi situación. Porque, cuanto más adaptados y ajustados estén a mi situación, será mucho mejor y más voy a evolucionar, de una manera más natural, hacia mi objetivo: va a ser menos doloroso, va a fluir más, va a ir en consonancia con lo que soy, no voy a ir a trompicones, etc.

En cada momento hay que adaptar todo lo posible y de esa adaptación es de lo que nos habla este concepto de “viniyoga”, que estoy ampliando en todas estas explicaciones y conceptos relacionados.

ESTE PROCESO COMIENZA EN EL MOMENTO VITAL EN EL QUE NOS ENCONTREMOS”.

El punto de partida no sólo será diferente para cada persona, sino que será único para cada persona. Por lo que, el recorrido de cada persona será totalmente diferente, totalmente particular, totalmente específico para esa persona. Hablamos de un camino diferente para cada persona y de un objetivo distinto para cada ser humano, ya que cada individuo tendrá un svadharma, o un deber personal, individual y totalmente distinto a cualquier otra persona.

Es como una huella digital en el universo. Nacemos en un momento único, en un tiempo espacial único, de unos padres únicos, en unas circunstancias únicas, en un estado emocional único, etc. Es todo. Todo es único.

Pues imagínate el universo y el tiempo espacial y uno nacido en un punto de ese universo y ese momento y las circunstancias externas, internas, etc., es único, no hay otro.

Y, para hacer ese recorrido del que estamos hablando, tienes que dirigirte desde ese punto hacia tu interior. Por tanto, es un recorrido totalmente único para cada ser humano, no hay otro igual.

Incluso aunque sean dos gemelos que nazcan con un minuto de distancia el uno del otro, pasa igual, quiero decir que se aplica igual. Puede ser muy similar el recorrido, pero es único para cada uno de ellos, porque cada uno de ellos es diferente. Cada uno de ellos es totalmente diferente, aunque tienen muchas similitudes obviamente, incluso en comportamientos, etc. Pero en esencia son totalmente distintos.

El aforismo numero I.13 nos dice que para que la aplicación de los beneficios de este método den sus frutos, la aplicación del método, es decir la aplicación de la práctica de yoga, ha de permanecer firme y estable y también tiene que realizarse un esfuerzo prolongado. Para sacarnos de donde estamos, el empuje tiene que ser constante e ininterrumpido, porque en cuanto sueltas se vuelve atrás otra vez. Ha de ser tirando hacia delante, aunque poco a poco, pero constantemente.

Incluso cuando estás muy arriba, ese empuje hacia abajo sigue existiendo. Entonces, aunque estás muy arriba, si te olvidas de la práctica del yoga, con la práctica del yoga me refiero a todas las herramientas del yoga, no me refiero a āsana únicamente, ya conocéis lo que quiero decir.  Entonces, aunque esté muy arriba, caigo. La caída puede ser dulce en el sentido de que va despacio, pero caigo, eso está clarísimo. Y lo único que me hace volver a subir o volver a tomar conciencia, es la práctica, esta toma de conciencia de los pasos necesarios que hacen que surja de mi interior mi esencia. Es una práctica constante, con un esfuerzo prolongado.

El aforismo 14 del primer capítulo matiza que este esfuerzo debería nutrirse de actitudes positivas. “El esfuerzo continuo debería durar un largo tiempo y no tener interrupción, impregnado con una actitud positiva que permita practicar con dedicación y además se realice con una confianza entusiasta de que la aplicación de esta práctica es justamente lo que necesitamos”.

Aquí mucho pecamos y aparecen esos bloqueos, o estas tenencias. Porque al avanzar, cuando hacemos el esfuerzo adecuado durante un tiempo, lo que introducimos es claridad y consciencia y descubrimos cosas en nuestro interior que a veces no son de nuestro agrado y al no ser de nuestro agrado lo que hace es que se activa por ejemplo el ego, que dice “y esto para que lo haces si es una tontería, para qué quieres hacer esto, total estás bien y no te va a pasar nada, ya lo vas a hacer en otro momento, ahora no te preocupes”. Y esto te aleja de tu compromiso con el yoga.

El que lleva un tiempo practicando yoga lo sabe. Sabe que cuando uno adquiere cierta estabilidad y ve que ya está bien, empieza a aflojar.

Luego la vida te trae circunstancias diferentes más o menos difíciles y dices “ya practicaré después que pase esto, que ahora me duele la cabeza”. Y te quedas tirado en el sofá.

Por eso en estos momentos la prioridad es la práctica diaria que comparto con vosotros online, porque de la práctica sale todo. Esta explicación son palabras que se las lleva el viento. La práctica no se la lleva el viento. La práctica es lo que tú te guardas. Cada vez que hacemos la práctica es como si metieras el dinero en el banco.

Hablar es fácil, pero ponerse a practicar no es fácil. Yo mismo cuando estoy mal me digo: en cuanto me recupere voy a hacer todo bien. Te recuperas y al día siguiente te has olvidado de todo.

Lo que a mí me enseñaron, como alumno, es que practicar es lo que te saca de donde estás. Por mucho que leas, que pienses, que veas videos, practicar se convierte en una experiencia que vas integrando gradualmente. Con el tiempo va dejando una huella que facilita la transformación.

Para alcanzar el objetivo, el PROCESO pasa por el re-ajuste adecuado del cuerpo y los órganos sensoriales, pues ellos son instrumentos necesarios para nuestra transformación. Cuando el practicante alcanza la forma física adecuada a su condición, su cuerpo deja de ser un obstáculo y, al contrario, se hace un instrumento con el que se puede contar. Los órganos de los sentidos se agudizan, nada se les escapa. La vivacidad y ligereza caracterizan a la persona, la cual está más alerta que antes. ¿Quién de nosotros puede permitirse el lujo de amontonar todavía más obstáculos cuando ya hay más que suficientes?

Incluso la plegaria requiere instalarse en la posición adecuada para la reflexión, evitando la aparición de estorbos físicos que nos distraigan.

Esta presentación la podéis ver en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=zvNLAJqlzaU

Om shantih

Santiago Cogolludo Fernández

Formador y Profesor de Yoga y de Yoga Terapia

Alumno de Margot Paccaud, Ernesto Gil, Claude Marèchal, Chandra Klee Cuffaro, S. Shobana.